
Tocás mi herida con tu ausencia.
Mi despedida no termina de consumarse,
Yace en el vano de la ventana
Como un gorrión que recibe al invierno.
Otra estación más
Y el adiós que no se concreta.
Tampoco la bienvenida.
Somos eternos navegantes
De distintos mares.
Inventamos en sueños
Canales, rutas, desvíos o atajos
Que nos conecten.