Una cena fría y tardía. Una noche destemplada, un amanecer lluvioso, un atado de cigarrillos después y sale el sol. La música inunda mi casa. Me dan ganas nuevamente de enviar mensajes y de reunirme con la gente que me hace bien. Mis amigas, mis hijos. Mis alegrías.
Por unos días volví a ser la persona taciturna, enojada, a la espera, malhumorada que fui hace un año. Pero si yo no soy asi!!
Y allí es donde luego de quince días de revisión sobre el amor, otra vez me pregunto: el amor te hace perder la cabeza?
Sí, hay amores que te hacen perder la cabeza y el rumbo, los vez como amores profundos porque todo fue profundo: las lágrimas, las esperas, los dolores, las no aceptaciones, los reencuentros, las desesperaciones, el no entender. Te sentís poco, insuficiente, no amada, y no hay nada que puedas hacer.
Rectifico casi todo lo que puse antes, hay que tener cuidado con las pasiones y de donde provienen. Provienen de la desesperanza y la imposibilidad o del amor y el juego?
Subo más la música y el sol entra por toda la casa. Quiero limpiarla y perfumarla, sacarle la mufa de haber estado el dia encerrada pensando y rumiando cuestiones que debe uno cerrar inmediatamente antes de que ocasionen peligros mayores.
Hoy tal vez es el dia. Que trae el recuerdo y la vuelta si no es más incertidumbres, miradas vacías, esperas, falta de compromiso, besos robados y escuetos dados a cuenta gotas?
Acaso la ilusión de que todo va a cambiar? El otro va a cambiar? Las esencias no se pierden y está bien que sea asi. Si ayer me planteaba que no debo tomar decisiones apresuradas, hoy ya me planteo resolverlo ya para salvarme antes de que me tape. Pude hacerlo una vez, lo hare otra.
Me miro en el espejo y me veo bella, quiero inundarme de caricias eternas, de palmadas cálidas que digan que todo va a salir bien.
Actitud. Coraje. Estima.