Hay que tocar
los confines del agua por si hay tierra
y conquistar
al salvaje animal que tu cuerpo encierra
y declarar
los principios del fin de cada guerra
de la vida”.
Naves quemadas -Luis Eduardo Aute

Hoy me levanté temprano, como siempre. Sobre uno de los laterales de mi casa situada en una esquina, pude ver una alfombra de hojas amarillentas sobre la vereda. Hoy empieza abril, me dije.
Nunca tengo en claro qué me sorprende más: si que cada abril llega más rápido o que las hojas empiezan a caerse antes de lo que creo que deben caerse.
Traté de relajar mi mirada en los colores ocres, pero mis ojos estaban cansados por venir de una mala noche durmiendo al lado de un desconocido. Qué chica puede ser la cama en estas circunstancias!
Mientras trababa de acomodarme, las pocas horas que dormí estuvieron asaltadas por sueños inundados con más desconocidos.